jueves, 8 de octubre de 2015

Darío [21-09-2014]


En la cima del tiempo,
con los ojos enormes como esponjas de luz,
su nombre se abre paso entre los brazos,
otea en los azules de un lento porvenir,
se sacia de los días primitivos
que poco a poco esculpirán su ser.

Plenitud ilusoria de todos los comienzos:
después lo acuciarán los miedos,
la dolorosa paz de las caricias,
los errores, las treguas, los recuerdos,
las palabras confusas, los adioses,
esa inercia sutil de cuanto vive.

Con los ojos enormes, en la cima...

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Hace poco más de un año nació Darío, mi tercer hijo. El poema lo enhebré de memoria durante sus primeras horas. Pasados unos días lo trasladé al papel y, luego, el 30 de septiembre, lo colgué entre los Retales de mi alforja. Me pregunto que sentirá él cuando lo lea, qué pensará él de los afanes antiguos de su padre.