martes, 19 de septiembre de 2017

De nombre Federico

De nombre Federico, por su abuelo
-a su vez Federico como el suyo-,
mis palabras se miran en sus gestos
y trepan a mi otoño sus futuros.

Su techo ya se iguala con el mío,
mi yo de entonces rinde en él tributo;
mas todos los ayeres se abastecen
de un abrazo perfectamente mutuo.

La espiga pide cielo, campo exige
desde la fe voraz, desde el impulso
de quien se sabe dueño de un verano
generoso y eterno, noble y puro.

De nombre Federico, por mi padre,
su albedrío se ausenta de mis mundos.
El tiempo que fue nuestro se disuelve
en esta vastedad de sangre y humo.

2 comentarios:

  1. Precioso!"... en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo..."

    ResponderEliminar
  2. Gracias! Me sorprende que alguien se asome a esta ventana. Salud!

    ResponderEliminar